En el día que reivindicamos que termine y desaparezca de nuestra sociedad la violencia de género, que suele ser hacia la mujer, ya sean abusos físicos, emocionales o económicos, quiero hacer una mención especial, a aquellas víctimas que comparten su vida y su maltratador con una mascota. Esas mascotas son víctimas de violencia intrafamiliar y la mayoría de las veces son usadas como arma por el maltratador para hacer más daño si cabe a su víctima.
Las faltas de atenciones básicas, como sacar a hacer sus necesidades al perro, no alimentarlos, el abandono, la violencia física o incluso la muerte, suelen ser los signos en las mascotas que pertenecen a una familia con maltrato.
El apego emocional hacia la mascota puede ser uno de los muchísimos motivos que impida a una víctima alejarse físicamente del maltratador y seguir poniendo en riesgo su vida y la de toda su familia humano-animal.
Para ello los servicios sociales y autoridades cuentan con @Viopet, asociación que se encarga de reubicar a esos animales hasta que la situación se normaliza.
Es deber de todos construir una sociedad donde el respeto, la igualdad de género y el desprecio a la violencia sean cada día más palpables y nos permita a todas y todos vivir sin miedo, sin mirar atrás.
El silencio es alimentado por la vergüenza. No te calles. Cuéntalos, grítalo si hace falta…todo el mundo que os ve se da cuenta de lo que está ocurriendo, menos tú. Hasta en la clínica veterinaria. Busca ayuda y recuerda siempre que no estás sola.
Si yo estoy escribiendo estas líneas, es porque un día dije se acabó, no me callo más.